Según los investigadores, el orden en que ciertos grupos de bacterias llegan a nuestro intestino después del nacimiento podría tener un impacto duradero en cómo será de nuestro microbioma en la edad adulta y podría estar relacionado con un riesgo posterior de enfermedades crónicas.
Los hallazgos, publicados en eLife, demuestran que las primeras bacterias introducidas en el intestino tienen un impacto duradero en la forma de nuestro microbioma y podrían impactar en el riesgo de enfermedades crónicas y estados de enfermedad.
El equipo, dirigido por Jens Walter de la Universidad de Alberta (EE.UU.), señaló que los estudios recientes han relacionado la salud intestinal deficiente con una serie de condiciones metabólicas, enfermedades relacionadas con el estilo de vida y otras condiciones como la diabetes del tipo 2, cardiopatía, enfermedad inflamatoria intestinal, cáncer de colon, trastornos neurológicos, autismo y alergias.
Según Walter, los hallazgos del nuevo estudio podrían hacer que los médicos y profesionales de la salud sean capaces de introducir bacterias intestinales beneficiosas en los bebés justo después de nacer.
“Cada uno de nosotros poseemos un microbioma muy distinto, incluso en gemelos idénticos. Los microbiomas son importantes para nuestra salud pero parecen estar moldeados por muchos factores desconocidos, por lo que es sumamente importante entender por qué somos todos diferentes”, dijo.
La importancia del momento oportuno
En el estudio Walter y su equipo introdujeron comunidades microbianas diferentes, recogidas de una en una de ratones adultos, en el tracto gastrointestinal de ratones jóvenes genéticamente idénticos.
Los resultados mostraron que, a medida que los ratones se hacían adultos, su microbioma adulto era más similar al microbioma introducido al principio.
Los autores señalaron que incluso utilizando un cóctel de 4 bacterias diferentes el equipo descubrió reiteradamente que los primeros microbios mostraban el mayor nivel de persistencia y la mayor influencia sobre cómo se desarrollaba el microbioma intestinal.
Según Walter, este descubrimiento sobre el momento oportuno de la población microbiana acerca a los científicos un paso más para comprender cómo los microbiomas pueden alterarse, por ejemplo, por el parto por cesárea o el uso de antibióticos (lo que es más probable que nos predisponga a enfermedades crónicas) y cómo abordarlo.
“Si conocemos qué conduce a personas específicas a tener microbiomas específicos podemos tener un enfoque mucho más racional para alterar potencialmente el microbioma y desarrollar estrategias para abordar estas enfermedades”, comentó.
“Tener una persistencia de microbios a largo plazo cuando han colonizado el intestino a una edad temprana significa que un bioma que promueve la salud podría establecerse potencialmente introduciendo las bacterias beneficiosas nada más nacer”, dijo.
Los investigadores señalaron que si bien las fórmulas infantiles enriquecidas con probióticos ya hacen esto en cierta medida, tener un mayor conocimiento sobre cómo los probióticos afectan a otros miembros de la comunidad microbiana intestinal podría llevarlo al siguiente nivel.
“Podríamos ser mucho más sistemáticos”, sugirió. “Creo que en 30 o 40 años seremos capaces de colonizar el intestino de los bebés con bacterias específicas que sabemos que promueven la salud y forman el microbioma de forma beneficiosa”.
Referencias
Martínez I, et al. Experimental evaluation of the importance of colonization history in early-life gut microbiota assembly. Elife. 2018 Sep 18;7.